Si escribo esto, no lo hago desde la venganza, sino desde el dolor que es estar sola cuando te pasan estas cosas.
A mi me paso que cuando empezó todo esto, al principio no lo podía creer, luego creí que la culpable de todo era yo, y finalmente, cuando me dí cuenta de que eso no era así, igualmente me sentía muy mal, porque estaba sola y nadie podía ayudarme.
Los pocos compañeros que se solidarizaban no podían hacer nada por miedo, los delegados estaban ocupados con otras cosas y la mayoría elegía ponerse del lado del acoso....no los culpo...el terror a perder el trabajo y las necesidades lo justifican.
Igualmente, aunque se sepa que no tiene sentido, hay que animarse a pedir ayuda, si no te la dan no importa, pero legalmente sirve para demostrar que la empresa no hizo nada aún conociendo tu situación.
miércoles, 11 de junio de 2008
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